Durante el embarazo, te hablan de la lactancia como algo innato, sencillo, él bebe llega y se engancha solo… ¿y qué pasa cuando eso no es así?, ¿qué pasa cuando te levantas llorando sin motivo?, ¿o con miedo a que te pida de mamar y tú no quieres por las heridas en los pezones? Pues yo me sentí una madre horrible, que odiaba dar de comer a su bebe, y peor me sentía cuando todo el mundo (con su buena intención) me decía qué hacer o cómo hacerlo. Me sentía sola. Aunque mi pareja estaba conmigo, yo me sentía sola y una mala persona por no poder atender correctamente a mi bebé.
Pero NO ESTAMOS SOLAS, hay grupos con profesionales sanitarios y otras madres/padres que están para ayudar y apoyar a las parejas que están pasando por estos malos momentos.
La lactancia materna tiene muchos beneficios, pero lo importante es que tú como madre estés convencida de querer hacerlo por tu niñ@, pero también por ti; aunque no lo parezca, todo pasa, todo evoluciona a mejor y cuando consigues ese enganche con tu bebé, en el cual no hay dolor, en el cual te mira y te sonríe, en el cual busca consuelo, en el cual mil cosas más… ese DOLOR disminuye y pasa a un segundo plano.
Que no te engañen, la lactancia no es fácil, es un proceso de aprendizaje para el niñ@ y la madre en el cual necesitas amor y comprensión por parte de todos y no sentirte juzgada.
Si me preguntasen si volvería a dar el pecho mi respuesta es que sí, pero sin esperarme tanto tiempo a buscar ayuda, porque buscar ayuda no es sinónimo de mala madre, no es sinónimo de debilidad, no es sinónimo de nada malo… esa ayuda es una manera de juntar todos esos sentimientos y experiencias nuevas como madre/padre y otorgarles un sentido.
‘Mamá, maravillosa maternidad’ 19